Dar y recibir feedback

En el ámbito de los recursos humanos, el feedback o la retroalimentación, es la comunicación continua entre los jefes y los colaboradores de una empresa u organización para poder conocer acerca de las necesidades, dificultades, y demás variables que puedan existir dentro de un área de trabajo.

Es de vital importancia que exista una comunicación directa entre las personas involucradas, pues la información obtenida mediante la retroalimentación es muy útil para mejorar procesos, validar información y tomar mejores decisiones, tanto de parte del colaborador, como de parte de los jefes encargados.

El mayor error que suele cometerse a la hora de dar una retroalimentación dentro de una empresa, es que esta debe ir de manera vertical, esto es “de arriba hacia abajo”, y como consecuencia, se impide que los altos mandos tengan la posibilidad de mejorar de raíz los procesos al evitar escuchar a los empleados que se desempeñan en esa área de trabajo.

El desempeño de un buen feedback dentro de la empresa puede lograr que los trabajadores tengan claro qué es lo que se espera de ellos; además, se establece así una relación de mutua confianza, dando paso a que exista dentro de la empresa, un clima de mayor motivación, ya que se sienten parte del equipo.

Llevar a cabo esta tarea de forma errónea puede suponer que se transmita una sensación de control y de desconfianza hacia los empleados, ocasionando que se genere un distanciamiento entre la dirección y los equipos de trabajo.

Es bueno tomar en cuenta las siguientes recomendaciones para tener un feedback efectivo:

Ir a la acción no a la persona: Atacar a un persona hace que sea muy fácil que deje de escuchar. Lo recomendable es hablar de la acción que realizó, para poder crear una situación de diálogo.

Dar opiniones en lugar de órdenes: Dar órdenes directas, puede parecer un ataque, en su lugar, dar opiniones o sugerencias, es menos violento, hace que la persona lo tome mejor y en realidad, se está dejando el mismo significado: corregir una acción. 

Dar una opinión constructiva en lugar de negativa: Una frase negativa da lugar a la interpretación de que se trata de un ataque directo, lo mejor, es hacer comentarios constructivos que partan de la misma idea pero que, al contrario del primero, ayudarán a crecer al trabajador. 

Conversación horizontal: La idea de una retroalimentación, es que la dé una encargado a un empleados, sin embargo, es importante que se evite hacer énfasis al aspecto jerárquico de la relación, de manera que se favorezca una conversación más enriquecedora.

En privado: Esta acción debe llevarse a cabo en un ambiente calmado y privado para poder obtener resultados positivos, pues una situación con muchas personas al rededor o que no sea calmada, puede ocasionar una interpretación negativa por parte del colaborador.

Claridad y directo al punto: En estas situaciones, para hablar de lo que no se está haciendo bien, es recomendable utilizar un lenguaje que motive, pero que sea conciso para que no se pierda la idea que se quiere transmitir.

Saber escuchar. Al momento de dar un feedback, ambas personas deben mantener una escucha activa y actitud positiva. Es esencial que tanto el que da la retroalimentación, como el que la recibe, estén dispuestos a escuchar y preguntar aquello que no ha quedado claro, otorgándole la confianza al empleado de poder hacer sus sugerencias o dar información a la persona responsable de dar el feedback.

Después haber dado la retroalimentación, las personas involucradas deben determinar las acciones de mejora y hacer el seguimiento correspondiente. Además, es importante que, así como se hacen correcciones, también se felicite al equipo de trabajo cuando se consigan los objetivos.